2 de noviembre de 2011

Día de difuntos

Una vez más traemos a estas páginas un artículo de José Sánchez Rojas. Se publicó tal día como hoy en "El Adelanto" hace ahora cien años.

Tañen las campanas con tristeza, hoy día de los difuntos. La tradición venera a los muertos, y para los que no disponen de flores del recuerdo, hay flores de trapo en abundancia. A nosotros, los jóvenes -Dios me perdone la sinceridad- no nos cala alma adentro el lúgubre tañido de las campanas. Como el Tenorio, repetimos, "tan largo me lo fiáis..." y pensamos en la muerte como en una cosa dulcemente lejana.
Y es que para morir, creemos que tenemos que vivir antes. Para nosotros comienza la vida ahora. Y sin embargo, hay muchos que mueren sin haber vivido verdaderamente. Y otros que viven en apariencia, pero que están muertos por dentro. Y hay otros que murieron la vida de la carne y viven; los padres en los hijos, los santos en sus devotos, los genios en sus admiradores. Y tú, lector o lectora, dime: ¿vives solo vida de carne? ¿Te has sentido para vivir del todo, parte del todo, de lo infinito, de Dios? ¿Has muerto en parte y vives en parte? ¿Has muerto del todo o vives del todo? Con sinceridad dime: ¿no eres el espectro, la sombra, el esqueleto de tu mismo? ¿No ha muerto tu ritmo interior, la ilusión que te era más querida, la alegría que esperaste y que no llegó, el mañana que anhelabas tontamente como San Agustín para vivir la vida del espíritu? ¿Eres feliz? No, no me respondas eso; no te creo. Si eres feliz deseará s un presente sin futuro, un hoy sin mañana, un momento actual, como el de ahora mismo, sin el que venga y sin el que marchó. Si eres feliz, no acariciarás una esperanza, ni forjarás un sueño, n i desearás cosa alguna. ¿Y no deseas nada, ni forjas nada, ni acaricias nada? ¿Morirías ahora satisfecho de ti mismo? ¿No has muerto en parte, lector? Sí, sí has muerto en parte; todos hemos muerto en parte. Deseamos lo que marchó y deseamos lo que vendrá, pero cuando venga, desearemos más y siempre más . El tiempo, es una sombra; no hay presente, sino un pasado que presente nos enojaba y un futuro que cuando sea actual nos enojará también. De los muertos nos separa sólo la ilusión del tiempo. Ellos vencieron la cuesta y nosotros empezamos a vencerla. Hoy doblan por ellos; mañana doblarán por nosotros ¿qué mas da? La tierra, con burlona indiferencia, nos recogerá a todos. Amigo mío: es tu fiesta hoy y tu te engañarás creyendo que vives verdaderamente. ¿Vale tu juventud los sueños que te proporcionó de adolescente?¿Vale tu vejez los anhelos de tu edad madura? ¿No te molesta tu odiosa, tu monótona, tu etérea compañía? ¿No rectificarías tu vida después de tu muerte? ¿Acaso no la estás rectificando?
JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS.
Alba de Tormes 2-XI-911.