11 de junio de 2011

¡Caida, -que no bajada- de pantalones!

En mi constante búsqueda de datos y cosas para publicar en este blog no ceso de encontrarme con numerosos hechos y anécdotas algunas de ellas la mar de curiosas. Hace unos días os hablaba del impuesto de los chisqueros que se ponía en marcha justo cuando otro denostado impuesto, el de "consumos" tenía sus días contados.  Ocurría esto en el año 1911, hace ahora justamente cien años. A pesar de que lo que voy a relatar no tiene relación alguna con Salamanca, no me resisto a publicarlo.

Era el día 1 de junio de 1911. En el Senado se discutía precisamente sobre el tema de los "consumos". Un senador, don Saturnino Esteban Miguel y Collantes, conde de Esteban Collantes, había presentado un enmienda a la supresión de dicho impuesto...., pero, veamos como lo contaba El Adelanto del día 2 de dicho mes y año:


... A última hora de la sesión celebrada ayer en el Senado, ocurrió un incidente que alejó de la Cámara a todas las señoras que en ella se encontraban, originando, además, un escándalo de risas y de jolgorio que duró largo rato. Se discutía el proyecto de consumos. La Cámara se hallaba muy animada. Llegó la hora de aprobarse la totalidad del proyecto, y se aprobó. Seguidamente presentó una enmienda el señor Esteban Collantes, que se levantó a defender ardorosamente. A poco de comenzar su discurso el orador, se vió, con gran asombro, que se le caían los pantalones y los calzoncillos hasta llegar, en su lenta caída, a las rodillas. Esteban Collantes seguía hablando sin darse cuenta de lo que le ocurría. Apercibidos muchos senadores de ello, rompieron en formidables risas. Entonces se produjo en la Cámara un júbilo indescriptible. Las risas eran generales, como también los aplausos. Las señoras abandonaban la tribuna precipitadamente. El momento fué de un jolgorio desbordante que la campanilla presidencial no pudo cortar. Collantes se apercibió al fin de que los pantalones se le habían caído, siguiendo la misma ruta, hasta las rodillas, los calzoncillos. Azoradísimo el orador, interrumpió su discurso, y echándose las manos a los pantalones se los subió hacia arriba, agazapándose en su escaño.

Bueno, bueno,... La verdad es que el redactor de El Adelanto ha exagerado un poco la situación, aunque la caída de los pantalones existió realmente. "La Correspondencia de España" un periódico madrileño también recogía el incidente en su edición del mismo dia en estos términos:

Cuando más entusiasmado se hallaba el conde de Esteban Collantes censurando e! proyecto del Gobierno... ¡se le caen los pantalones al respetable senador, quedando en ropas menores! Ante aquel espectáculo nunca presenciado ni previsto en ninguna Cámara legisladora, la mayoría prorrumpe en una salva de aplausos.
Todas los senadores ríen a mandíbula batiente; las señoras que ocupan las tribunas ocultan sus rostros con los abanicos. El presidente agita sin cesar la campanilla, en tanto que los secretarios se retuercen de risa en sus sillones.
La seriedad y solemnidad de la Cámara desaparecen durante algunos minutos hasta que el señor conde, agachado en su escaño, consigue subirse los pantalones y abrochárselos de nuevo, terminando así el imprevisto incidente.
Entre risas v sonrisas continúa su discurso el conde de Esteban Collantes, que no pierde su serenidad por lo ocurrido...

Parece ser que reanudó su discurso con una frase de esas que luego pasan a la posteridad:  "Puestas asi las cosas en su lugar,....."

Terminaremos diciendo que cuatro años más tarde, llegaría a ser Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes con el Gobierno de Eduardo Dato.