23 de octubre de 2010

¡La bolsa o la vida!

Esta conocidísima frase, que solíamos utilizar en nuestros juegos infantiles y que según la tradición era la que utilizaban las cuadrillas de bandoleros cuando asaltaban a los acaudalados y no tan acaudalados ciudadanos que cruzaban los agrestes territorios serranos, fue la que debió pronunciar un jovenzuelo en las postrimerías del siglo XIX en las cercanías de la capital charra, con un resultado no muy favorable para él:


En el kilómetro 14 de la carretera de Béjar, fué asaltado hace unos dias el vecino de Buenamadre, Rufino Sánchez y Sánchez, por un hombre para él desconocido, quien poniéndole un revólver al pecho, le amenazó con quitarle la vida sino le entregaba el dinero que llevase, lo que no sé verificó por la defensa que valientemente hizo de su persona el agredido.

De las averiguaciones practicadas, resulta la detención del joven Gil Izquierdo, de 18 años de edad, que se ha confesado autor del hecho.
El Fomento de Salamanca,
Viernes, 31 de Agosto de 1897
Como se puede deducir, ¡ni bolsa, ni vida! Terminaría con sus huesos en la cárcel.