11 de mayo de 2012

¡Que vida tan perra!

Traemos hoy a estas páginas unos versos publicados en el semanario mirobrigense Tierra Charra el día 9 de marzo de 1930. Se los dedica su autor que firma con el seudónimo Sangiraldo al fecundo poeta Azabeño, es decir, el cura poeta don Matías García Miguel. Resultan interesantes porque nos relatan una situación que desgraciadamente se ha dado a lo largo de toda la historia. El pobre agricultor se sacrifica para llevar al mercado lo mejor de sus productos y así conseguir un dinerillo con el que tirar "palante", pero ....


¡Qué vida tan perra!
Al fecundo poeta Azabeño.

Montado en su burro
salió por la puerta
del Sol el tío Metro
una tarde buena
de un mercado malo;
y según caminaba a su aldea
iba el hombrecito
echando sus cuentas:
Pos, señor; yo no sé lo que pasa;
traje una fanega
de trigo, un gurrino,
dos gallinas y cuatro docenas
de güevos, un gallo.
una piel de oveja
y una liebre más grande que un zorro
a vender al mercao; y mis cuentas.
que al venir las eché, plus minusve
eran como éstas:
Quince reales me dan por la liebre;
por el trigo lo menos ochenta;
¿qué menos de nueve
por la piel de oveja?
pos cincuenta bien valen los güevos;
laa gallinas y el gallo, setenta,
el garrapo es de balde en diez duros...
En total, si no marra la cuenta.
cuatrocientos venticuato reales
sin faltar ni sobrar una perra,
que bastan y sobran
pa ajuararnos de pies a cabeza:
Tapabocas y albarcas de goma
pa nosotros; zapatos pa ellas;
pa la chica un mantón; pa su madre
una sayaguesa;
una faja pal chico, un sombrero
pa la tai cabeza
que se va quedando
sin pizca de pelo de tanto echar cuentas
que nunca le salen
como ella las echa...
Las de hoy me han salido
igual que una seda...
¡pa una soga pa ahorcarme por tanto!
Miá que es cosa seria,
cuatrocientos reales y pico
que en trescientos escasos se quedan...
¡Es pa esesperarse!
En estas ciudaes too son triquiñuelas;
tasa pa los güevos,
tasa pa la leche, pa too; pero llega
la tasa del trigo
y esa es letra muerta.
¡Arre burro, leñe;
que estas gentes sin duda se piensan
que los de los pueblos
sernos tóos babiecas.
Si vendes, barato;
y si compras, un ojo te llevan,
quieren comer pollos
sin soltar las perras,
y gallinas y güevos y liebres
poco más que de balde... ¡Peineta,
y si vas a mercar una vara
de cualquiera tela
pa eso ya no hay tasa, te cuesta un sentio!

Si esto es ley, venga Dios y lo vea!
Arre burro, leñe!
que estas malas cuentas
tú también las pagas.
¿Qué en ayunas te güelvo? ¡Pacencia!
que tamién güelvo yo; y a mayores
sin una peseta,
y, lo que es más gordo,
sin la sayaguesa
y sin los zapatos
¡ni de Villavieja!
Conque tira palante y aguanta
que por mucho que aguantes no llega
a lo que yo paso...
¡Qué vida la nuestra!
trabajando y ahorrando too el año
sin gastar mal gasta una perra,
comiendo frejones,
patatas y berzas,
poco menos que escalzos y esnuos
sin hatiarnos de pan tan siquiera,
ni beber un cuartillo de vino,
ni una gota de leche, ni media,
ni probar un güevo.
ni caza ni pesca;
De pavos y pollos ..?
Ni aunque los pusiera
de receta el médico
mataba la Pepa
la peor gallina...!
Too pa ahorrar! ¿Y pa qué? Pa que vengan
estos señoritos
de las tasas éstas.
y los coman a cuenta e cantarais!
¡Arre burro, leñe! porque si valiera
la mía..! La mía
si que va a ser buena
cuando entre yo en casa
sin la sayaguesa
y sin los zapatos
y sin las pesetas...
¿qué dirá la chica?
¿qué dirá la Petra?
¡Arre burro, leñe!
¡Qué vida más perra!

SANGIRALDO