17 de noviembre de 2011

Elecciones municipales

Hace ahora unos cien años se desarrollaron unas elecciones municipales que fueron de lo más reñidas que se puede uno imaginar. Por lo menos en determinadas zonas rurales. Como la nuestra. Y que se saldó con la victoria de unos de los contendientes por tan solo "dos" (2) votos. A pesar de la escasa diferencia se aceptó el resultado, digamos que con resignación .... En otros pueblos no pasó lo mismo. Hubo tiros, garrotazos, detenidos, .... (Véase: http://tierracharra.blogspot.com/2011/09/sangrienta-reyerta.html)
Dentro de unos días tendremos en nuestro país elecciones generales. Afortunadamente los tiempos han cambiado una barbaridad y ya no se suelen cometer esos incidentes tan graves como los ocurridos en Bañobárez hace justo cien años. Pero vamos a leer lo que nos cuenta el corresponsal de El Adelanto de lo referente a Villavieja.
No es este de los pueblos en que pueda tener aplicación el bien pensado artículo 29 de la ley electoral, lo cual quiere decir que el domingo pasado hubo elección, y elección reñida como pocas, pero que una vez más le acreditó de cuerdo y de sensato, como es fama ya de él en otras ocasiones. Agrada en medio de todo, que no obstante los sinsabores, rencillas y disgustos que acarrean á las personas amantes de la paz, estas que yo llamaría convulsiones y espasmos de los pueblos, no haya que lamentar agresiones ni contiendas fuertes, y esto es lo que ha ocurrido siempre aquí. Hubo el domingo, según se oye, sus incidentillos, como los habrá en todas partes, y siempre cuando los ánimos se caldeen; pero nada que pudiera asemejarse a una alteración del orden público, ni tampoco a ataques personales. Y esto, después de todo, honra a las gentes de uno y otro bando que si bien trabajaron con ardor para llegar al resultado de que el triunfo lo alcanzasen por dos solos votos, con todo han sabido contenerse y dar un mentís a quien auguraba sucesos como los ocurridos ha poco en Bañobárez y dicho día en Sepulcro Hilario. Mi enhorabuena a todos por esto, y el encargo ahora a los elegidos de que sepan olvidar, cuando convenga, su procedencia, para sólo pensar en la tranquilidad y recta administración que tanto necesita este como todos los pueblos.

El Adelanto, 18 de noviembre de 1911