6 de enero de 2011

¡Yo soy de los Reyes Magos!


¡Día de Reyes! ¡Una tradición más que se va perdiendo! Las potentes influencias anglosajonas están apareciendo fuertemente en nuestras vidas impulsadas por los intereses comerciales de un montón de empresas multinacionales. En consecuencia nuestras benditas y bonitas tradiciones están siendo arrinconadas. ¡Ya no montamos el Belén! Es más fácil en estos tiempos poner un anodino árbol, que ni siquiera es representativo de nuestra flora y adornarlo con bolitas, cintas multicolores y lucecitas parpadeantes. Estamos perdiendo el origen cristiano de la Navidad, en suma, la esencia de la Navidad, que no es otra que el nacimiento de Jesús, que ha pasado o ocupar un segundo o un tercer plano. Y en ese contexto hay quien empieza a felicitar no la Navidad, ¡sino el Solsticio! En fin, ... estamos volcados cada vez más en unas fiestas que se reducen lisa y llanamente a un simple comercio y compra de regalos. Y en aras de ese objetivo, celebramos los Reyes Magos, pero..... ¡potenciando otro "suminisrador" de regalos! El 6 de Enero es una fecha cercana al fin del periodo vacacional y, por tanto, no resulta muy interesante comercialmente hablando. Se va sustituyendo a Gaspar, Melchor y Baltasar, por un personaje "casi" ajeno totalmente a nuestra cultura. Un viejecito con barba blanca y vestido de rojo al que unos denominan Santa Claus y otros Papa Noel. Y es éste ahora, quien le trae los regalos a los niños ... ¡por Nochebuena! ¡Cuestión de marketing! También en nuestra tierra está calando esta costumbre, si bien, es verdad, que aún compaginada con la de los Reyes Magos. ¿Hasta cuando? Personalmente, me apunto a esa campaña que desde hace algunos años reinvindica nuestras tradiciones
. ¡Yo soy de los Reyes Magos!


Voy a terminar estas reflexiones con una preciosa poesía de uno de nuestros más celebrados escritores: José María Gabriel y Galán.

¡VAMOS A ESPERARLOS!

¡Dichosos los niños
que tienen caballo,
que es tener la dicha
de ser Reyes Magos!

¡Dichosos vosotros
que vais á esperarlos,
pues por tantos Reyes
seréis visitados!

Ya vienen, ya llegan...
¡Y cuántos! ¡y cuántos! ...
¿Cómo habrá en Oriente
tierras y vasallos,
mantos y coronas,
tronos para tantos?
¡Qué trajes tan ricos!
¡Qué hermosos caballos!
¡Y qué pequeñuelos
estos Reyes Magos!
¿Pequeños he dicho?
Pues dije un pecado;
¡no hay Reyes más grandes
que esos de ocho años!
No traen escuadrones
de bravos soldados,
ni orgullo en el pecho,
ni sangre en las manos,
ni órdenes terribles
brotan de sus labios,
ni al de la victoria
trepidante carro
míseros vencidos
traen encadenados.
Soldados de plomo,
risas en los labios,
amor en el pecho,
dulces en las manos ..
¡eso es lo que traen
estos Reyes Magos,
que se dieron cita
para conquistarnos!
De Oriente vinieron,
vinieron mandados
por aquel Rey Niño
que a los hombres malos
con el arma sola
de Amor ha ganado.
¡Esos son los Reyes
que tendrán vasallos
como el mar arenas
y la selva ramos
y estrellas los ciclos
y espigas los campos!
¡Vamos con vosotros,
vamos á esperarlos!
Todos esos Reyes
de otro son vasallos,
de otro que les manda
que vengan á daros
ulces y juguetes,
y besos y abrazos
¡Que vengan, que vengan,
que van á enseñaros
que ellos y vosotros
de Amor sois vasallos,
¡vasallos del Cristo,
que es de Amor dechado!

¡Dichosos los ricos
que tienen caballo,
que es tener la dicha
de ser Reyes Magos!
¡Dichosos vosotros
que vais á esperarlos,
que es ir á un convite
de dulces y abrazos!

José María GABRIEL Y GALÁN